Una genialidad de Leo Messi y otra de Sergio Agüero fueron más que suficientes para que Argentina sumara una nueva victoria en la fase de clasificación mundialista ante Uruguay por un ajustado 2 a 1.
Con un inicio fulgurante, el azulgrana sólo necesitó seis minutos para inaugurar el marcador con un cabezazo perfectamente colocado tras un centro de Riquelme. La albiceleste no quería especular con el resultado y de ahí su juego vertical y veloz. Encerraron a Uruguay en su propio campo, asediaron la portería de Castillo y demostraron que hay pocos equipos en el mundo con mayor potencial ofensivo que el suyo. Martín Cáceres, situado en banda izquierda para frenar a Messi, apenas pudo hacer nada en defensa y el ‘Kun’, en el minuto 13, ampliaba lo que parecía que iba a ser una goleada en toda regla con el segundo de la noche.
Pero nada más lejos de la realidad. Tras varios centros peligrosos de Messi y un gol anulado por fuera de juego a Demichelis, Argentina bajó el ritmo. Se creyó que lo tenía todo hecho y permitió que Uruguay, que apenas había inquietado a Carrizo, creyera en sus posibilidades. Frenó el juego con constantes faltas y en una jugada aislada Lugano recortó distancias con el 2 a 1 en el minuto 40.
El equipo de Basile perdió el control del centro del campo y el partido se abonó entonces a la lentitud en los pases y a la falta de profundidad. Riquelme de falta y Tévez con una peligrosa rosca le pusieron intensidad en los primeros minutos de la reanudación, pero Argentina no encontró el tercer gol y se decidió entonces a controlar el marcador. Renunció al ataque y se enredó en el centro del campo ante un Uruguay que, sin apenas trenzar jugadas, puso en apuros a un rival que vivió de chispazos puntuales durante los segundos 45 minutos. Con el tiempo prácticamente cumplido, Basile sentó a un agotado Messi y Argentina, pese a la victoria, volvió a dejar serias dudas sobre el terreno de juego.